SOÑANDO CON TU PLACER
Te cuento la historia en la que me desperté en la madrugada…
Te quedaste atrapada en mi mente y te imaginé, mezclada con recuerdos me llegó tu imagen, tu forma, tu figura, tu olor, tu sabor, el sonido de tu voz y de tus gemidos, tu risa, tu mirada…
Metí mi mano entre mi ropa interior pensando en que esa era la tuya, sentí como la flacidez se perdía lentamente, sin presión, sin más ideas que esas en las que te veo y te siento tocando, lamiendo y chupando mi ser, mismas en las que lleno mis manos con tus nalgas, piernas, tetas, y continué muy lento sintiendo como me tocabas.
Pasaron muchos minutos hasta que nuevamente me encontré con la rigidez que ya era una extraña para mi, palpitante, tan fuerte que casi duele, tan caliente que mi mano, ahora tuya, o que serán tus labios, se humedece, siento como brotan esas pequeñas gotas que lubrican y llevan ese inconfundible olor de un miembro que vibra por ser estimulado, avanza y crece el placer con el tiempo, el calor aumenta, la humedad despliega el aroma de mi erección.
Siento las venas como un relieve que labra el deseo, no hay otro camino que llegar a ese gemido gutural entrecortado, no me sueltas, hasta que me llevas a presenciar como sale de mi, un hirviente flujo que llega moja mi torso y empapa mi mano, tu mano, tu boca.
Ahora todo es ese aroma que percibo con todo mi aliento que se recupera, se desliza y recorre mi piel, de la misma forma como espero recorra tu ser.
Se que el tiempo fue suficiente para encontrarnos, veo el color del amanecer filtrado entre las cortinas, veo mi piel brillar con la mezcla del sudor y fluido que en este amanecer te pertenece…
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Relatos eróticos de Madame lautier.
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